Los ácidos grasos esenciales (AGEs) son imprescindibles para un correcto funcionamiento del organismo. Los AGEs son los precursores de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga que son elementos estructurales vitales para las células y para la formación de nuevos tejidos y para producir las prostaglandinas que regulan muchos procesos corporales, por ejemplo, la inflamación y para la coagulación de la sangre. Asimismo, son necesarias en la dieta para que las vitaminas liposolubles de los alimentos (A, D, E y K) puedan ser absorbidas y para regular el metabolismo del colesterol.
Los ácidos grasos esenciales más conocidos son los ácidos alfa-linolénicos (familia omega-3) y los ácidos linoléicos (familia omega-6). Sin embargo, también existen otros miembros pertenecientes a la familia de los Omegas, como el omega-9, el omega-7 y el omega-5 y que se complementa muy bien con los anteriores, equilibrando nuestra salud.
- Omega-9: Ácido oleico, ácido graso monoinsaturado que juega un papel especialmente importante en la regulación del colesterol. Se considera como una grasa muy importante para la dieta humana, ya que:
- Fortalece el aumento de colesterol bueno (HDL) y reduce el colesterol malo (LDL), lo que implica un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.Protege la membrana de los hematíes (glóbulos rojos).Ayuda a reducir la hipertensión arterial (diastolica y sistólica).
- Omega-6: Ácido linoleico, precursor de otros ácidos grasos sintetizados por el organismo en el hígado: el ácido gamma-linoleico (GLA); ácido dihomo-gamma-linoleico (DGLA); actúa sobre el sistema nervioso y ayuda a regular el sistema hormonal.
- Omega-7: Ácido palmitoleico. Aparece como un elemento importante en el cuidado de las barreras biológicas de nuestro organismo.
- Omega-3: el más característico es el ácido alfa-linolénico, siendo precursor de otros ácidos grasos omega-3 sintetizados por nuestras células, como el DHA o el EPA. Tienen propiedades muy importantes para la salud, especialmente en la protección cardiovascular, desarrollo del cerebro y la retina, así como en la modulación de reacciones inflamatorias y alérgicas.
- Omega 5: o ácido Punicic obtenido de semilla de la granada está considerado el antioxidante más potente que se conoce en la ciencia moderna.
- El aceite de semilla de granada (ácido omega 5) ayuda a combatir los radicales libres que se cree que son los responsables de acelerar el proceso natural de envejecimiento del cuerpo y hacer que se pierda la elasticidad propia de la piel, lo que le otorga una virtud sin igual contra el envejecimiento. Tanto en vivo, como in vitro, las investigaciones sobre el aceite de semilla de granada han demostrado que puede inhibir la formación de enzimas que hacen que las células sanas muten y comiencen un crecimiento fuera de control.
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